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sábado, 2 de julio de 2011

Egipto – Día 7 – 29 de junio


Nos levantamos a las 6 y media y nos fuimos a desayunar. Con María tuvimos que esperar un ratito, porque fuimos de las primeras en llegar y el desayuno no estaba pronto.

A las 8 de la mañana salimos de excursión por Aswan. 

Primero visitamos el Templo de Philae que es un templo que está en una isla, entre la represa antigua de Aswan y la represa nueva, que está dedicado a la diosa Isis, que es la diosa de la música y el amor. 

Luego fuimos a visitar la nueva represa de Aswan, cuya construcción comenzó en el año 1960, y fue construida con ayuda de Rusia. Cerca de la represa hay un monumento que representa la amistad entre Rusia y Egipto. Esta represa provee el 90% de la energía eléctrica al país. La vista desde arriba de la represa es muy linda y se ve también el lago Nasser, el mismo lago que vimos cuando fuimos a Abu Simbel.

Por último fuimos a visitar el obelisco inconcluso, que es un obelisco que nunca terminaron de hacer, y eso permitió ver en la actualidad cómo los egipcios antiguos hacían para trabajar con el granito. La verdad es que no me gustó mucho, porque es un pedazo de piedra grande que está tirado en el piso. Le saqué una foto igual, pero no me pareció la gran cosa.

Luego de las visitas, el ómnibus nos dejó en McDonalds. Está ubicado en la ribera del Nilo, así que había una vista espectacular mientras comíamos una hamburguesa cuarto de libra (acá si venden carne!!) y me pedí unos arrolladitos primavera de verduras para no comer papas fritas (me tienen podrida!).

Al salir de almorzar nos fuimos a un cyber que había ido María el día anterior, y que salía solamente 30 pesos uruguayos la hora! Nada que ver con el crucero, que nos cobra como 100 pesos uruguayos los 10 minutos. Un robo! 

Luego descansamos un rato en el crucero antes de salir a la estación de tren para tomar el tren de regreso al Cairo (estábamos en Aswan, por las dudas recuerdo…).

Llegamos a la estación de tren, después de haber cargado las valijas en el ómnibus. Los maleteros no me ayudaron, así que tuve que subir unas escaleras super largas con las valijas y luego cargarlas en el ómnibus. Ufff! Llegamos a la estación de tren (q estaba a 2 cuadras) y nos fuimos al vagón que nos asignaron: vagón 11 camas 21 y 22. Resulta q los señores muy organizados de la agencia de viajes no se dieron cuenta que los vagones eran de 20 camas, y habían asignado 24 camas x vagón, o sea que si el grupo de viaje llenaba 12 vagones, habría 48 personas sin lugar, protestando! Muchas de esas personas lograron colarse en otros camarotes, pero 4 de nosotros nos quedamos esperando y logramos subirnos 10 minutos antes de que partiera el tren (pasamos unos nervios!!), luego de ver una acalorada discusión entre los guías turísticos y la gente que trabaja en el tren. Nos tocó en el vagón 13, la solución fue que los guías que iban a dormir separados, se juntaran y que nos asignaran un vagón que no iban a utilizar, porque tenía roto el aire acondicionado.

A mí con tener cama me alcanzaba y sobraba, pero la gente es demasiado quejosa… muchos protestaban por el aire, y otros porque no les andaba el único enchufe de electricidad que tenían en el camarote y entonces no podían cargar la computadora. Insoportables es poco!

No tenía mucha hambre, así que no cené. Pero sí tenía mucha sed, y como el agua era un bien escaso, tuve que ir a conseguir un poco de agua para tomar dos vagones más adelante.

En una oportunidad pasó el profesor del grupo de viaje para avisarnos que en Cairo había manifestaciones en la plaza y para evitar problemas, nos íbamos a cambiar a un hotel que estuviera lejos del centro. Nos preocupamos un poco, pero no teníamos forma de leer o escuchar noticias.

Me fui a dormir sin mucho sueño, con un poco de calor y molesta con el ruido del tren, pero dormí plácidamente hasta el otro día.

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